Durante poco más de una hora, el recién posesionado presidente, Guillermo Lasso, se dirigió a los ecuatorianos desde el salón Nela Martínez, en la Asamblea Nacional.

En su intervención, el mandatario hizo referencia a varias propuestas e ideas del fallecido presidente, Jaime Roldós. Y trató temas de economía, bienestar social, justicia e igualdad de género, en los que aseguró que se llegará a “encuentros”.

“Es un día de rememoración, pero sobre todo de renovación. Porque el Gobierno que hoy nace tiene ante sí la responsabilidad de liderarnos hacia un nuevo siglo de republicanismo ecuatoriano”, dijo el presidente al iniciar su intervención.

“Hoy recibimos un país con históricos niveles de desempleo. Un país que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente a una pandemia brutal, pero que países en similares condiciones encararon de forma más ordenada, eficiente, y libres de corrupción.

Un país donde los culpables engordan sus bolsillos mientras los más inocentes ni siquiera pueden llenar sus estómagos. Donde los indicadores de desnutrición crónica infantil están entre los más altos de la región.

Un país con lacerantes desigualdades entre el mundo rural y el urbano. Un país que le ha fallado a su juventud en educación y creación de oportunidades. Que mantiene en el más humillante olvido a sus jubilados. Donde ser mujer no es sólo un factor de desventaja, sino de peligro existencial”, dijo.

Aseguró que han sido los gobernantes quienes han fallado al pueblo ecuatoriano, pero que este 24 de mayo de 2021 inicia una nueva etapa. “Termina la era de los caudillos”, indicó. Y añadió que no se perseguirá a nadie durante su gobierno.

“No callaremos a nadie. Gobernaremos para todos. Esto significa no gobernar a favor de un sector privilegiado, pero tampoco en contra de nadie. Tengan la opinión que tengan, hagan la crítica que hagan… Se acabó la persecución política en el Ecuador. Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino el hambre de muchos”.

En cuanto a temas de desarrollo económico, el primer mandatario expresó su deseo de alcanzar un país más próspero y equitativo, donde las causas del Gobierno sean las causas de la gente.

“Más que un sueño, serán acciones dirigidas por un Estado eficiente para erradicar el hambre, la enfermedad, la falta de educación, el abandono. Que no haya dudas: nuestra intención no es minimizar al Estado, sino maximizar su capacidad para servir a los más pobres”.

También se refirió a la desigualdad presente en el país, que afecta en su mayoría a las mujeres. “Es un problema nacional. Un problema ecuatoriano que debe ser abordado por el Gobierno ecuatoriano”, señaló.

En cuanto a temas económicos, Lasso recordó que tan solo al producirse la noticia de su elección, el riesgo país bajó más de 500 puntos, que permitió la creación de una atmósfera positiva para el trabajo y crecimiento, aún antes de posicionarse como presidente.

“Pero esa renovada confianza debe comprometernos a todos, especialmente a quienes dentro del Ecuador tienen la capacidad para emprender y crear empleo. Desde ya los convocamos a iniciar sin miedos la reactivación económica. Aquí está la oportunidad esperada. Demuestren que, sin acosos, sin persecuciones, están listos para poner sus recursos al servicio del país, y no al país al servicio de sus recursos. Demuestren su compromiso nacional”.

Aseguró que este 24 de mayo, el Ecuador abre sus puertas al comercio mundial, a la Alianza del Pacífico y a tratados de libre comercio. “Nos insertaremos plenamente en el mundo para buscar comercio libre y justo”.

Pero, para él, el desarrollo sostenible parte de la erradicación de la pobreza en todas sus formas: la lucha contra la desigualdad, la preservación del planeta, crecimiento económico sostenido, y el fomento de la inclusión social. “Debemos incluir a los marginados del progreso, a los más pobres de entre los pobres. Para ello necesitamos cambiar la orientación de las políticas públicas con el fin de controlar el cambio climático, construir ciudades sostenibles, cambiar patrones de consumo y proteger nuestros océanos”, concretó. 

Para el presidente, el punto más crítico es la salud de los ecuatorianos.

Por ello aseguró que desde hoy entrará en vigor el plan que tendrá como objetivo la vacunación de 9 millones de personas en 100 días. “El renovado Ministerio de Salud Pública contará con el apoyo directo del vicepresidente de la República y la Unidad de Coordinación de Vacunación. Vacunaremos sin descanso porque el virus no descansa. Siete días a la semana, en cada provincia, en cada pueblo y parroquia”.

Se refirió además al respeto por el Estado laica que liderará, pero aseguró que esto no implica negar el lado espiritual, ni que exista una gran reconciliación entre el Estado y todas las religiones que conviven en Ecuador.

Aseguró que las funciones del Estado tendrán autonomía, algo de lo que carecieron durante los últimos años.

“¿Quién hubiera dicho que, algún día, un ex banquero y una lideresa indígena proveniente de la Amazonía llegarían a presidir – al mismo tiempo – estas dos funciones del estado? ¿Quién lo hubiera dicho? ¿Quién se hubiera atrevido siquiera a mencionarlo? Sin embargo, aquí estamos los dos. Listos para servir y, sobre todo, ansiosos por trabajar en conjunto para bien del país”, señaló.

Agradeció a Dios, a sus padres, a su esposa, María de Lourdes, y finalizó con la frase: ¡Mi poder en la Constitución, y mi corazón en el pueblo ecuatoriano!.