Las principales víctimas de la llegada de los talibanes a Afganistán son las mujeres. Millones de afganas son condenadas a un régimen de terror inhumano: violaciones en manada, torturas, asesinatos.

Además, son obligadas a usar el burka en todo momento, ya que según las creencias de los talibanes: el rostro de una mujer es una fuente de corrupción” para los hombres que no estén relacionados con ellas. No pueden salir a la calle, sin burka y sin acompañamiento«.

Tienen prohibido educarse, no pueden ir a las escuelas ni a las universidades. Por ello muchas se organizan para educarse clandestinamente.

Para salir de sus casas, tienen que hacerlo con un “mahram”, es decir un pariente cercano, tienen prohibido caminar solas por las calles. Tampoco pueden andar en bicicleta o moto, no pueden viajar en taxis e incluso hay autobuses que separan a hombres de mujeres.

No pueden acceder a la salud, pues no se permite a ningún médico varón tocar el cuerpo de una mujer. Si tienen una emergencia tiene que acudir a clínicas clandestinas y muchas de ellas mueren en malas condiciones.

No pueden hacer deporte, usar tacos, ir a baños públicos, y tampoco ser fotografiadas.

Días antes una imagen se hizo viral en redes sociales, y es del momento en que un hombre borra a las modelos de los escaparates de una tienda, pues el futuro de las mujeres en Afganistán está bajo el poder talibán. La foto fue tomada por el periodista, Lotfullah Najafizada.

La llegada de los talibanes a Kabul marcó un antes y un después para las periodistas mujeres. Antes podían transmitir con cualquier ropa, hoy les toca estar cubiertas.

Durante una entrevista una mujer dijo: «No puedo creer que el mundo se haya rendido. Nuestros amigos van a morir. [Los talibanes] nos matarán. Las mujeres ya no tendrán ningún derecho”.

Según denuncia la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán,
«los talibanes tratan a las mujeres peor que a sus animales«. De hecho, es ilegal tener animales enjaulados en las zonas bajo su control y sin embargo, encarcelan a las mujeres entre las cuatro paredes de sus hogares.