El Yasuní entre la conservación y la explotación 

Era septiembre de 2010 cuando la Ministra Coordinadora de Patrimonio de Ecuador, de ese entonces, María Fernanda Espinosa, presentó el proyecto Yasuní-ITT en la Secretaría General Iberoamericana. La iniciativa ambiental Yasuní-ITT, en la que el país andino se comprometía a no explotar un gran yacimiento de petróleo a cambio de una contribución económica internacional. Fue un ambicioso plan para preservar la enorme riqueza natural de la zona. El Secretario General Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, apoyó la presentación en la que también estuvieron presentes el Embajador de Ecuador en España, Galo Chiriboga, y el Coordinador Ejecutivo de la Oficina del Fondo Fiduciario de Donantes Múltiples (MDTF Office) del PNUD, Bisrat Aklilu.

Ecuador se comprometía a mantener indefinidamente bajo tierra 846 millones de barriles de petróleo de los yacimientos amazónicos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) y evitar así la emisión de 407 millones de toneladas de CO2. A cambio solicitaba a la comunidad internacional (estados, empresas, organizaciones y particulares) 3.600 millones de dólares en el curso de 13 años, una suma equivalente a la mitad del dinero que obtendría de la explotación de esos campos de petróleo.

El Parque Nacional Yasuní, designado por la Unesco en 1989 como una reserva de la biósferaes una de las zonas con mayor diversidad por metro cuadrado del planeta. El 99.73% de la Reserva de Biosfera está representada por vegetación natural original.  Sólo en el Parque Nacional Yasuní, de 10.220 kilómetros cuadrados y parte de la zona núcleo de la Reserva de Biósfera, se encuentran 1.344 especies de animales y más de 2.700 especies de plantas. También es extraordinaria la diversidad cultural de la región: además de la población mestiza residen en ella las comunidades indígenas Waorani, Shuar y Kichwa, y en aislamiento voluntario los Tagaeri y Taromenane.

El turismo es fuente de ingreso para la región, sin embargo, los ingresos no son suficientes para generar grandes cambios. En un recorrido, con la Prefecta de Orellana, por el parque pudimos conocer el paraíso escondido en la Amazonía.

La exploración y explotación petrolera ha sido un factor importante para el gobierno del actual presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, quien con apenas dos meses en el gobierno, expidió una nueva política de hidrocarburos, decreto ejecutivo 95, para incrementar la producción petrolera.

Sin embargo, el pasado mes de julio, el presidente de la República, Guillermo Lasso derogó el Decreto 95 que hace referencia a la ampliación de la frontera extractiva minera o petrolera. Este fue uno de los pedidos de la CONAIE para poner fin al paro.

Aunque en el artículo 71 de la Constitución de Ecuador de 2008 se establecen los derechos de la naturaleza, o Pacha Mama, “para que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos”. esto no ha detenido las acciones para la extracción del crudo. 

La lucha ha sido intensa durante varios años. “El Gobierno de Ecuador ve en nuestro territorio solamente los intereses de recursos. Exigimos respetar nuestra decisión de mantener nuestros territorios libres de petróleo y minería. No hay una verdadera política de desarrollo para la Amazonía”, dijo Nemonte Nenquimo, lideresa Waorani y presidenta de la organización Conconawep.

En un país dividido por extraer el oro negro y proteger los recursos, el YASUNÍ se mantiene entre la conservación y la explotación.