Cerca de las 06h00 del miércoles 5 de mayo, dos hombres armados, uno de ellos vestido con un uniforme similar al de la Policía, ingresaron a una clínica particular de Guayaquil y acribillaron a una paciente.

Los primeros informes apuntan a que fue una equivocación, pues los sicarios preguntaron por un hombre que estuvo en la misma habitación, en el segundo piso de la casa de salud, pero que fue dado de alta la tarde el martes 4 de mayo. El supuesto “blanco” sufrió una tentativa de asesinato en días anteriores, en la parroquia Posorja.

Al iniciar las pesquisas se encontraron 16 indicios balísticos en la habitación 1120 de la clínica. Y, posteriormente, las autoridades anunciaron el hallazgo, al suroeste de Guayaquil, de un vehículo y las armas con las que se perpetró el ataque.

El testimonio de un cuidador de autos que se encontraba fuera del centro de salud fue clave para rastrear el vehículo de los sicarios. En él se encontraron celulares, 1 arma de fuego Glock, 1 arma de fuego AM15, 179 cartuchos y tres alimentadoras.

Las investigaciones continúan en este caso. Mientras tanto el ministro de Gobierno, Gabriel Martínez, aseguró que van a capturar a los delincuentes y entregarlos a la justicia.