El recién posesionado presidente, Guillermo Lasso, empieza su mandato con altos niveles de aprobación y credibilidad por parte de la ciudadanía, esto de acuerdo a la investigación realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios Especializados (CIES).

Tatiana Larrea, consultora política de este organismo, menciona que algo similar se vivó al inicio del gobierno pasado. En mayo de 2017, el expresidente Lenín Moreno contaba con el 67% de aprobación; sin embargo, terminó su mandato con más del 80% de desaprobación, tanto en su gestión como en credibilidad.

Ahora, el actual mandatario Guillermo Lasso, empieza su gobierno con una expectativa positiva del 61% y, según Larrea, el 57% de los encuestados tiene sentimientos de esperanza y alegría cuando piensa en el nuevo gobierno. Esto no responde solamente al 52% de la población que votó por él, sino a la población en general.

Califica a estas cifras como “un voto de fe”; por lo tanto, el nuevo gobierno deberá priorizar los dos temas que son los que más le preocupan a los ciudadanos encuestados: la economía, refiriéndose a la generación de empleos; y la salud, refiriéndose al tema de la pandemia y vacunación.

Otro punto que se destaca de la gestión que hasta ahora ha realizado el nuevo presidente, es la diferenciación con el anterior gobierno. “Estratégicamente, lo que hace el nuevo gobierno, especialmente desde su discurso, es tomar distancia con el anterior presidente Lenín Moreno” afirma Larrea. Esto debido a que “Ya no aparece tan gentil, sin caer en la descalificación personal «pero evidentemente menciona que la situación en la que recibe el país no es la mejor”.

La politóloga destaca que la diferencia principal entre Lenín Moreno y Guillermo Lasso es que el anterior mandatario ganó las elecciones como el candidato oficialista; es decir, como la continuación del modelo de gobierno del expresidente Rafael Correa. Sin embargo, poco después se separó de su co-ideario y empezó un nuevo modelo que no fue por el que votó la ciudadanía. Mientras que Guillermo Lasso se mantiene coherente con lo que plantea desde hace 12 años.

A la par, la Asamblea Nacional también se enfrenta a cifras poco alentadoras. Tatiana Larrea afirma que el anterior legislativo terminó su gestión con el 29% de credibilidad, lo que representa un reto para la nueva administración, ya que este “siempre es un espacio polémico en donde están representadas todas las fuerzas políticas”.

La aprobación o desaprobación de la ciudadanía con respecto a cualquier poder del Estado, influye dentro de su gestión; “cuando cualquier institución tiene mala calificación, lo que vamos construyendo es una crisis de representación” asegura Larrea.

De esta manera, la diferencia política entre el legislativo, representado por Guadalupe Llori de Pachakutik y el Presidente Guillermo Lasso del partido CREO, puede representar un reto de gobernabilidad. Por ello, lo ideal es “que se tenga la capacidad de presentar proyectos desde el uno y otro lado y que puedan ser viables, poniendo al país por delante y no los intereses particulares”, acota la politóloga.

Por el momento, lo que se evidencia en el Segundo Poder del Estado no es alentador. La consultora política invita a pensar que, en comparación con el resto del mundo, Ecuador se encuentra en gran desventaja específicamente con los dos temas que más preocupan: economía y salud.