El 5 de Junio de 2018, Michelle Monteros, docente de parvulario y activista social, desapareció en el sector de «La Armenia», en el Valle de los Chillos. Desde ese año sus padres, familiares cercanos, amigos y compañeros no han dejado de buscarla. Cada mes realizan plantones en las distintas instituciones encargadas del caso, sin embargo no han tenido una respuesta.
Hoy se cumplen 6 años de la desaparición de la joven, su familia y personas allegadas acudieron a la «Plaza Grande», al centro de la ciudad de Quito, para llevar a cabo un plantón donde pidieron respuestas por parte del gobierno. Durante estos años, los padres de Michelle han vivido en zozobra, rogando que cada día algún organismo les dé una respuesta acerca de su hija.
Han sido varios los casos donde niñas y mujeres son desaparecidas, pero las instituciones encargas no han logrado llevar los procesos de forma correcta, un ejemplo es el caso de Juliana Campoverde quien lleva desaparecida casi 12 años.
Cada año los familiares de personas desaparecidas salen a alzar la voz, a pedir justicia por cada hija/o , cada madre, padre, por cada hermana/o, por los sueños que todavía les falta cumplir, por la vida que aún les falta disfrutar y por la privación de libertad en la que quizás se encuentran.
La lucha no termina. Cada vez más personas y organizaciones se suman a la causa. Flor María Tipán, compañera de Michelle, mencionó que grupos como Luna Roja y COVIDEFEM, comités de lucha contra violencia, femicidios y vulneración de derechos humanos, también apoyan a la causa pidiendo justicia y verdad.
En diversas situaciones, los familiares y amigos de personas desaparecidas se encuentran en momentos críticos con respecto a su estado emocional. Vivir en constante preocupación o inquietud afecta tanto a su estado mental como físico. No recibir respuestas asertivas por parte de el Estado y las instituciones correspondientes los hace sentirse desesperados e indignados. A pesar de todo, día tras día siguen luchando, gritando justicia, porque solo la perseverancia podrá traer el sentimiento reconfortante de que batallaron hasta su último suspiro para que cada persona desaparecida vuelva a su hogar.
