Por: Marco Piza
A ritmo de salsa del tema “Cali Ají”, un clásico bailable del grupo Niche, inició la tarde del 4 de mayo una manifestación de un grupo de colombianos y simpatizantes en la avenida 12 de Octubre, al pie del edificio World Trade Center, donde se encuentra la embajada de Colombia, al norte de Quito.
La concentración se realizó para expresar de manera pública su rechazo a la violencia surgida en los últimos días en el paro nacional del vecino país, debido a una reforma tributaria que propuso el gobierno de Colombia que finalmente retiró.
En Quito, los manifestantes expresaron su protesta en contra del gobierno actual de Duque y la represión policial que se ha vivido contra la ciudadanía en diferentes ciudades colombianas como Bogotá, Medellín y Cali, entre otras. Esta última es una de las localidades de Colombia donde se ha vivido violentos enfrentamientos entre la seguridad pública y sus habitantes.
En medio de la protesta de la capital ecuatoriana, Silvia P, caleña, con 20 años viviendo en Quito, afirmó que los reclamos en su ciudad se deben a que “es una ciudad muy cara, en alimentación, transporte, en todo, por eso es necesario que Cali se pare como lo ha hecho hasta el momento”.
Consignas como “Viva el paro nacional” y “Uribe..paraco..el pueblo está berraco”, expresaron en coro los presentes en Quito, mientras portaban carteles con frases como “Colombia hermana, Ecuador resiste a tu lado”, “SOS Colombia”, “Fuerza Colombia”, y “Paren la represión policial”.
Durante la actividad, un grupo de músicos interpretó música del folklor colombiano al sonido de gaitas y percusión, que animó a los presentes. De la misma manera, se realizó un minuto de silencio por los fallecidos en las protestas en Colombia. Y además, colocaron velas encendidas en su memoria.
Otra de las manifestantes, Laura Cortez, del colectivo “Colombianos por la paz”, declaró que apoyan a sus compatriotas por la violencia que están sufriendo, ya que “en las movilizaciones en Colombia, a la gente no le importó la pandemia, porque la situación económica es terrible, la calidad de vida, esta reforma afectaba a las clases menos favorecidas”.
Cortez afirmó que ellos forman parte de una diáspora de colombianos en la región, que volverán a reunirse el próximo viernes en el mismo lugar, para protestar en frente a las embajadas de Colombia en todo el mundo. “Como colombianos nos sentimos tristes, no hemos podido ni dormir por la angustia de la violencia”.