Al buscar departamentos para arrendar en ciudades como Quito y Guayaquil, muchas personas se sorprenden al descubrir que los dueños de propiedades no permiten la tenencia de animales en su inmueble, algo que, en muchos casos, provoca que las personas desistan de arrendar.
Sin embargo, existen ciertas formas de conciliar y llegar a un acuerdo entre arrendadores e inquilinos. Por esta razón, Properati, portal especializado en asesoría inmobiliaria en Latinoamérica, creó una serie de acuerdos a los que pueden llegar los dueños y los arrendatarios con mascotas para que exista una relación armoniosa entre ambas partes.
1. Tener en cuenta lo que dice la ley
Existen algunos aspectos de las leyes ecuatorianas que hablan de los derechos de las mascotas. En primer lugar, ni la ley de Propiedad Horizontal, ni su reglamento prohíben la tenencia de animales domésticos en bienes declarados en propiedad horizontal. En Quito, por ejemplo, la Ordenanza 048 establece obligaciones, prohibiciones y sanciones para los habitantes de la ciudad que garantizan la vida adecuada para las mascotas.
2. Crear un reglamento interno sobre tenencia de mascotas
Si la propiedad se encuentra en un edificio o una urbanización cerrada, se recomienda crear un reglamento interno claro sobre la tenencia de mascotas con los propietarios de los otros inmuebles. Algunos puntos que pueden incluirse en el reglamento son:
- Los dueños deberán cuidar de sus mascotas y evitar que cause molestias a los vecinos ya sea por daños físicos de las instalaciones, ruido, malos olores y aseo.
- Quienes tengan un gato o un perro no podrán tenerlos libremente por las áreas comunes, parqueaderos, edificios y demás sin su collar, correa o kennel.
- En el caso de que sus mascotas ensucien las áreas comunales con excremento u orina, los dueños deberán limpiar inmediatamente.
- Si la mascota es agresiva o peligrosa para otros animales o personas, deberán utilizar un bozal para proteger a los demás.
- De acuerdo a las leyes del Ecuador, los dueños deben contar con todos los documentos sanitarios y las vacunas al día de sus mascotas.
- Las mascotas serán permitidas en los departamentos o las casas de condominios, pero no podrán caminar libremente por las áreas comunales, parqueaderos, y demás.
3. Entrevistar a los inquilinos con sus mascotas
Una excelente forma de asegurarse que el inmueble estará en buenas manos, es entrevistar a los inquilinos con sus mascotas. Esto le permitirá al arrendador observar sus comportamientos, edad y raza. También comprobar si los dueños han entrenado a sus mascotas y son capaces de controlarlas para que no causen destrozos.
4. Modificar la propiedad
Los costos de mantenimiento o los posibles daños a la propiedad se pueden reducir haciendo ciertos cambios. Si el piso es alfombrado, por ejemplo, es posible cambiarlo por un piso que requiera menos mantenimiento y sea más duradero como el vinilo o la baldosa. En el caso de que la propiedad tenga un jardín, designar un área que esté alejada de las plantas o flores para evitar que se estropeen y donde las mascotas salgan a hacer sus necesidades, utilizando rocas para delimitar el área o instalando una cerca para que no puedan cruzar, es una buena opción.
5. Agregar cláusulas en el contrato de arrendamiento
Esto incluye:
- Especificar qué tipo de mascotas son permitidas. Ya sean gatos, perros, canarios, peces, hamsters, etc. Es mejor ser claros sobre cuáles son.
- Para las mascotas grandes como perros o gatos es muy común que se ponga un límite sobre cuántos puede tener el arrendatario en el inmueble.
- En lugar de establecer un límite o una restricción basado en la raza del perro o gato, se recomienda incluir una restricción sobre el tamaño del animal. Así, si lo que se alquila es una suite, es posible restringir a perros pequeños y a gatos.
- El arrendador será responsable de pagar por cualquier daño que produzca el animal en el inmueble al momento de la entrega y de la terminación del contrato de arriendo.
6. Documentar todo
Finalmente, se recomienda que los dueños documenten todo sobre su inmueble. Al momento de entregarlo a los arrendatarios, el dueño debe tomar fotos para tener un registro de las condiciones en las que se encuentra todo: desde el piso hasta las cortinas y las puertas.
Además, recomiendan tomar una fotografía de la mascota que se presenta para guardarla como récord y solicitar a los inquilinos que se informe cuando tengan un nuevo integrante peludo.