Durante las intervenciones en los centros de Privación de Libertad del Guayas, se decomisaron armas de diferente calibre.
Pero lo que más llamó la atención fue que dentro del pabellón donde están los cabecillas de la banda delictiva los Choneros se encontraron altares donde los PPL realizan rituales antes o después de cometer sus crímenes.
También se encontró un gimnasio en el patio. Uno de los cuartos fue convertido en bodega donde los presos guardaban aguas, colas, licores costosos y otros artículos como relojes, televisores, juegos de video, tarjetas de memoria, y debajo de la tierra estaba escondida la droga, celulares y sistemas de comunicación.
Lo que las autoridades no saben es como todo ese arsenal y esos artículos fueron ingresados a las cárceles en Guayaquil.
Los operativos se llevan a cabo para recuperar el orden y tranquilidad en centros de rehabilitación social.