La salida de tropas estadounidenses de territorio afgano representa para el gobierno talibán una victoria histórica de un conflicto armado que se ha mantenido desde el año 2001. Los festejos de victoria en las calles de la ciudad de Kandahar, sede de los pastunes, etnia a la que pertenecen la mayoría de talibanes, se realizaron con manifestaciones de alegría y disparos al aire.
En redes sociales esta imagen se hizo viral, y se trataría del último soldado estadounidense en abandonar Afganistán, poniendo fin a 20 años de guerra.
Desde que los islamistas han tomado el poder de la región, se han esforzado en brindar una imagen conciliadora y flexible ante la mirada pública. Ante ello han prometido no vengarse de las personas que trabajaron con el gobierno anterior.
El presidente de los Estados Unidos Joe Biden en un discurso oficial expreso que la salida de las últimas tropas estadounidenses estaba prevista para el 31 de agosto, pero concluyó un día antes.
Las negociaciones por parte de los dos países se vienen dando desde el gobierno de Donald Trump, donde en un principio la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán estaba previsto para el 31 de mayo. En el actual gobierno de Joe Biden tras varias charlas con miembros de seguridad se acordó salir del territorio afgano en el mes de septiembre.
El secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró que seguirán ayudando a los conciudadanos que quieran salir de Afganistán, añadió también que continuarán trabajando con el gobierno talibán si cumplen con los compromisos ya establecidos.
El día lunes, el pentágono dio un comunicado en el cual se expresaba la inconformidad por no evacuar a tantas personas como hubieran querido. Estas declaraciones dieron pie a varias criticas por parte de los opositores a los republicanos.
Ahora el nuevo gobierno islamista hereda un país sumido en la pobreza extrema, con una población totalmente desconfiada en su nuevo gobierno y con la atenta mirada de la opinión internacional.