Por Johanna Cañizares, enviada especial a Luoyi, China
A más de 15 mil kilómetros de Quito, en el corazón histórico de China, descubrí algo más que un destino turístico: es una inmersión cultural profunda, envuelta en seda, historia y ritual. En la antigua ciudad de Luoyi, cuna de la civilización china, me sumergí en el universo del Hanfu, el tradicional atuendo que usaban las dinastías Han y que hoy revive con fuerza como símbolo de identidad nacional.
Así viví la experiencia HANFU. En la calle Liulin, en la ciudad de Luoyi, en la provincia de Henan puedes alquilar trajes, maquillarte y sentirte parte de la etnia y dinastía Han que marcó una era dorada de la cultura china. HAN hace referencia a la dinastía y FU significa ropa. Sus luces, tiendas, música todo está perfectamente diseñado para transportarte al pasado.
La experiencia no comienza solo con vestirse. Comienza con entender. Cada prenda tiene un propósito, un significado, una historia. El Hanfu no es un disfraz: es una declaración de respeto. Al vestirlo, no se interpreta un personaje; se honra una herencia. Es un acto de memoria viva, donde el cuerpo se convierte en puente entre el pasado y el presente, entre la persona que lo porta y una historia que aún late en cada hilo. Luoyi es un espejo del alma china. Aquí, la tecnología moderna no ha borrado el pasado: lo ha vestido de nuevo.


Decenas de personas recorren el lugar visitiendo Hanfu. Por supuesto mis colegas con quienes visito China también se animaron. Era de esperarse que nuestros rasgos latinos llamarán la atención. En China los extranjeros son muy bien recibidos. Disfruté tomarme fotos y dar entrevistas de lo que para mí fue vestirme con siglos de historia.
Este tipo de vestimenta fue usada durante más de dos mil años, desde la dinastía Han (206 a.C.–220 d.C.) hasta finales de la dinastía Ming (siglo XVII), cuando fue reemplazada gradualmente por estilos introducidos por la dinastía Qing, de origen manchú. La vestían emperadores, funcionarios, eruditos, mujeres nobles y el pueblo común, con variaciones según la clase social, la ocasión y la estación del año.

Mi VESTIDO: Las mujeres de la nobleza, la corte imperial y las artistas cultas como poetisas y músicas, vestían este tipo de atuendos en una época de gran apertura cultural, prosperidad y belleza estética, por lo que los diseños eran más atrevidos, coloridos y elegantes que en períodos anteriores. Las mangas anchas, los escotes cruzados y los peinados elevados con tocados elaborados eran comunes entre las damas de la corte y las mujeres aristócratas.
Cada elemento del Hanfu tiene una función estética y simbólica: las mangas largas representan fluidez y gracia; los colores, el estatus o la temporada; y la forma de abrocharlo indica orden y disciplina. Hoy, su resurgimiento forma parte de un movimiento cultural que busca reconectar a los jóvenes chinos con sus raíces ancestrales.


No necesitas pagar para ingresar a la calle Liulin, en la ciudad de Luoyi, y el costo del alquiler dependerá de la ropa que elijas. 158 yuanes costó el alquiler de mi vestido, casi 22 dólares incluye maquillaje y peinado. También puedes contratar a un fotógrafo profesional. El valor de los paquetes puede variar.
Se imaginan en la mitad del mundo, en Quito, que los turistas pudieran vestir los atuendos de la sierra, costa y oriente con su peinado y maquillaje característico. Cientos de fotos publicadas en las redes sociales que llegarían a millones en todo el mundo para que conozcan Ecuador.



La experiencia HANFU definitivamente es una forma hermosa y divertida de conectar con la cultura china. Este viaje no solo me regaló imágenes hermosas, sino también una reflexión profunda sobre nuestras propias raíces en Ecuador, sobre cómo miramos nuestro pasado, cómo lo vestimos o cómo lo olvidamos.