Desde 1993, cada 1 de octubre en Ecuador se celebra el Día del Pasillo, en homenaje al natalicio del reconocido artista Julio Jaramillo, el ‘Ruiseñor de América’, uno de los grandes exponentes de este género musical.
Es “un género que todos los ecuatorianos lo sentimos muy dentro del alma, lo sentimos muchísimo, como propio, que nos ha dado canciones tan maravillosas, llena de una poesía linda, profunda, sentida y una musicalidad que a todos nos emociona. No dejemos de escuchar nuestros pasillos y de cantarlos”, declaró a TuVozTV Damiano, artista y compositor ecuatoriano.
Fernando Proaño es su nombre real. Nació en Quito en 1959. Se le reconoce en todo el país por sus canciones y melodías dedicadas a la selección de fútbol del Ecuador, así como a destacados deportistas y diversas campañas sociales.
De su lado, La Toquilla, reconocida cantante ecuatoriana exponente del género, comentó a este medio la influencia del pasillo en su vida, desde que es “chiquita, siempre rodeada de música nacional y pasillos”.
Para ella, es una expresión que representa al Ecuador en todo el mundo. “Es icónico, y que por sobre toda las cosas, toca la fibra de nuestros corazones. Genera sentires muy lindos”.
Para los migrantes ecuatorianos en el exterior, el pasillo también les recuerda un pedacito del país, acotó la artista. Son “canciones tristes, pero del corazón, que nos hace sentirnos tan de aquí. Julito Jaramillo nos dejó tantos regalos en el camino y nos abrió el camino a punta de machete, como decimos los manabas”, contó.
Actualmente, existe en Quito el Museo y Escuela del Pasillo, donde se salvaguarda su legado y patrimonio cultural. Allí, se desarrollan exposiciones permanentes, temporales, proyectos públicos para conservar bienes culturales y patrimoniales y propuestas educativas para la enseñanza y formación musical en este género.
Este género alcanzó su popularidad entre los músicos de territorios correspondientes a las actuales repúblicas de: Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, a inicios del siglo XIX.
En el último tercio del siglo XIX, aparecieron las primeras composiciones escritas, entre otras obras, pasillos, de los músicos que estudiaron en el Conservatorio de Quito, fundado por García Moreno (1870 – 1877).
El pasillo se relaciona con varios instrumentos como guitarra, violín, requinto, bandolín y piano para la interpretación de canciones; con los usos sociales, rituales y actos festivos para la alabanza a santos patronos, con tradiciones y expresiones orales en la producción de poemas y serenatas.
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