Se realizó la audiencia de revisión de medidas cautelares en el caso de presunto abuso sexual contra al menos 15 niñas y niños, en un preescolar ubicado en el Valle de Los Chillos. El proceso judicial continúa, y las autoridades mantienen la reserva del caso por tratarse de menores de edad. Esta denuncia ha conmocionado a la comunidad y reabre la conversación sobre cómo proteger a los más pequeños.
Frente a situaciones como esta, es clave que padres y cuidadores estén atentos a señales de alerta que puedan indicar que algo no está bien. Cambios repentinos de comportamiento, aislamiento, miedo a ciertas personas o lugares, alteraciones en el sueño, agresividad o incluso regresión en hábitos como el control de esfínteres pueden ser indicios de que un niño está atravesando una situación difícil.
Es importante crear espacios seguros de comunicación con los niños, donde puedan expresar cómo se sienten sin miedo a ser juzgados o castigados. Escucharlos, observar sus conductas y validar sus emociones puede marcar la diferencia para detectar a tiempo cualquier posible riesgo.
Si un padre o madre identifica comportamientos extraños o preocupantes en su hijo, se recomienda acudir a centros de salud, servicios psicológicos o directamente a las Juntas Cantonales de Protección de Derechos. Actuar con rapidez, brindar apoyo emocional y buscar orientación profesional es clave para garantizar su bienestar.