El Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) de Ecuador anunció el descubrimiento de una nueva especie de sapo arlequín en la Amazonía ecuatoriana: atelopus colomai. Este hallazgo, fruto de una investigación conjunta entre científicos nacionales e internacionales, pone en evidencia la extraordinaria biodiversidad de la región y la urgencia de protegerla. El nombre de la especie rinde homenaje a Luis A. Coloma, un investigador que ha dedicado su vida al estudio y conservación de estos anfibios.
El atelopus colomai habita en áreas específicas entre los ríos Napo y Pastaza, en las provincias de Orellana y Pastaza. Lamentablemente, su existencia está en peligro crítico, según los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este organismo global establece estándares para evaluar el riesgo de extinción de especies y promueve iniciativas de conservación. La especie solo se encuentra en seis localidades fragmentadas, amenazadas por la deforestación, la agricultura, la construcción de carreteras y la contaminación.
Los sapos arlequín, un género que comprende más de 100 especies, son considerados el grupo de bufónidos más diverso. Sin embargo, en las últimas cuatro décadas han sufrido un declive poblacional sin precedentes, causado por la pérdida de hábitat, enfermedades y el cambio climático. Este fenómeno convierte a los atelopus en un símbolo de la crisis global de los anfibios y de la necesidad de medidas urgentes para su protección.
El descubrimiento del atelopus colomai subraya la importancia de reforzar los esfuerzos de conservación en Ecuador y a nivel mundial. Este hallazgo no solo amplía el conocimiento científico, sino que también llama la atención sobre el impacto de las actividades humanas en la biodiversidad. Proteger a especies como esta es esencial para garantizar el equilibrio ecológico y la sostenibilidad del planeta.