Ahora deportan hasta a niños estadounidenses. Tres menores de edad, nacidos en Estados Unidos, fueron deportados junto a sus madres luego de que las mujeres fueran detenidas por ingresar al país de manera irregular. Uno de los casos más polémicos es el de una niña venezolana de solo dos años, cuyos padres, según las autoridades, están vinculados con la banda criminal Tren de Aragua.
La administración de Donald Trump defiende su accionar bajo el argumento de que las madres solicitaron que sus hijos viajaran con ellas, pese a que son ciudadanos estadounidenses. “Si decides tener un hijo ciudadano estadounidense, sabiendo que estás en este país ilegalmente, te pones en esta situación, pones a tu familia en esa situación”, declaró Tom Homan, el zar fronterizo de Trump. La frase ha sido duramente criticada por su dureza y falta de empatía.
La abogada Gracie Willis, de la organización NIP, denunció que las madres no tuvieron oportunidad de hablar con los otros progenitores ni tomar decisiones familiares básicas. A esto se suma el dato alarmante de que uno de los menores deportados padece cáncer, lo que agrava las críticas hacia la administración Trump por vulnerar derechos fundamentales de estos niños.
Para organizaciones como la ACLU y el juez del distrito de Luisiana, Terry Doughty, deportar a ciudadanos estadounidenses —aunque sean niños— es una medida inconstitucional. La decisión abre un nuevo capítulo en el debate sobre inmigración y derechos humanos en EE.UU.