Rebeca no nació para ser una estrella, pero el destino la llevó a la gran pantalla. Fue rescatada en Manta, junto a sus crías, en medio de la pandemia, cuando la vida de muchos —humanos y animales— pendía de la esperanza. Llegó al refugio Segunda Oportunidad, en Amaguaña, donde recibió cuidados, cariño y, sin saberlo, el papel que cambiaría su historia: convertirse en la primera gatita coprotagonista de una película ecuatoriana y latinoamericana.
En ‘Viejos malditos’, Rebeca interpreta a Simón, un gato que entra en la vida de un hombre mayor que ha perdido las ganas de seguir viviendo. Sin decir una palabra, con solo su presencia, lo ayuda a reencontrarse con la ternura y el sentido. La historia de ficción se mezcla con la realidad: la película muestra cómo un animal puede sanar la soledad y el dolor, recordándonos que el amor también tiene patas, bigotes y mirada curiosa.
Durante el rodaje, Rebeca fue guiada con paciencia y respeto por el adiestrador argentino Walter Donado, quien también participa en la película. Cada escena fue una prueba de confianza y vínculo entre humanos y animales. Cuando las cámaras se apagaron, Rebeca volvió al refugio con sus crías, esperando una nueva oportunidad, esta vez lejos del cine y más cerca del hogar.
Hoy, Rebeca ya fue adoptada, pero muchos otros gatitos siguen esperando su final feliz. En el refugio Segunda Oportunidad hay decenas de historias como la suya, llenas de vida, ternura y segundas chances. Si quieres ser parte de una historia como esta, puedes comunicarte al 099 600 1861.
Porque a veces, rescatar un animal también nos rescata a nosotros.


