En 2020, Ecuador superó los 200.000 informes de sospecha de explotación sexual infantil, más del doble de los 98.669 reportes registrados en 2019. Este preocupante aumento del 100% fue reportado por el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados (NCMEC, por sus siglas en inglés), que recopila información a través del CyberTipline. En el contexto global, se reportaron 21,7 millones de casos de sospecha de explotación sexual infantil en el mismo año, de los cuales 21,3 millones provinieron de Facebook.
Entre las prácticas que pueden facilitar estas situaciones se encuentra el “sharenting”, una tendencia donde padres y cuidadores comparten fotos y videos de menores en redes sociales sin prever los riesgos. Aunque suele hacerse con buenas intenciones, esta práctica expone información personal y sensible, como la apariencia, ubicación y actividades diarias de los niños, lo que podría ser aprovechado por depredadores para rastrearlos o contactarlos.
Además de los riesgos para la privacidad, el “sharenting” puede provocar ciberacoso, ya que las imágenes compartidas podrían ser ridiculizadas, impactando la salud mental de los menores. Otro problema es la permanencia de este contenido en Internet, que puede afectar la reputación futura de los niños, e incluso ser utilizado con fines comerciales sin el consentimiento de las familias.
Es urgente que los padres y cuidadores sean conscientes de los riesgos asociados a la sobreexposición de menores en redes sociales. Especialistas recomiendan limitar la cantidad de información compartida, ajustar configuraciones de privacidad y pensar en las implicaciones a largo plazo para proteger la integridad física y emocional de niños y niñas.