Encadenar a un animal de compañía nunca debe ser parte de su vida. Esta práctica es una forma de maltrato que atenta contra la dignidad y el bienestar de los animales, y la normativa vigente en Quito la sanciona con una multa equivalente a 10 salarios básicos unificados, es decir, alrededor de 4.700 dólares.
Durante una inspección realizada en Cuniburo, parroquia de Tumbaco, personal de la Unidad de Bienestar Animal encontró a “Black”, un perrito que vivía permanentemente encadenado. Esta situación no solo era inaceptable, sino también ilegal, por lo que se procedió de inmediato a retirarlo.
El canino fue trasladado a uno de los Centros de la Unidad para una evaluación veterinaria, donde ahora recibe atención y cuidado especializado. Este es un paso hacia su libertad y hacia la posibilidad de que tenga una vida digna, sin cadenas ni maltrato.
Las autoridades recuerdan que los animales merecen respeto y cuidado. La conciencia ciudadana es clave para erradicar estas prácticas, y cada denuncia ayuda a garantizar que más perros y gatos vivan libres, seguros y en condiciones adecuadas