Neisi Dajomes, la pesista ecuatoriana y doble medallista olímpica, aclaró a través de sus redes sociales los motivos detrás de su suspensión provisional por un presunto caso de dopaje. En una publicación transparente y emotiva, explicó que la sustancia detectada corresponde a un tratamiento médico de fertilidad que inició en enero de 2025, como parte de su deseo personal de convertirse en madre. Este proceso fue recomendado y supervisado por especialistas de salud, y la sustancia cuenta con respaldo y prescripción médica.
La deportista reconoció que, por un error involuntario —un lapsus calami—, no incluyó esta información en el formulario oficial requerido, lo cual constituye una falta administrativa, pero no una intención de mejorar su rendimiento ni de infringir las normas del juego limpio. En su comunicado, aseguró haber entregado ya toda la documentación médica a las autoridades internacionales y confía en que su caso será resuelto con objetividad y respeto a la verdad.
Más allá del hecho puntual, Neisi aprovechó la oportunidad para visibilizar una problemática silenciada en el deporte de alto rendimiento: lo difícil que es para una mujer atleta compaginar su carrera profesional con el deseo de ser madre. Las exigencias físicas, las lesiones, los tratamientos hormonales y la presión constante colocan a muchas mujeres en una encrucijada entre sus metas deportivas y sus proyectos de vida. Como ella lo dijo, es hora de hablar de estos temas con más empatía y humanidad.
Neisi Dajomes finalizó su mensaje con un agradecimiento a quienes la han respaldado y con una promesa firme: su preparación continúa con miras a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Con el corazón fuerte y la motivación intacta, su historia hoy no solo representa una defensa personal, sino la voz de muchas mujeres que luchan por ser madres sin renunciar a sus sueños.
