La cantante Mon Laferte compartió su historia en un video donde relató los abusos y dificultades que enfrentó desde niña, pero también cómo logró transformar el dolor en arte. A los siete años fue víctima de abuso, y entre los 13 y 18 fue explotada por un hombre 20 años mayor que se hacía pasar por su manager. Sin embargo, nunca dejó de luchar. “Si imagino hubiera pedido permiso, yo estaría muerta”, expresó, dejando claro que su camino no estuvo marcado por privilegios, sino por una inquebrantable voluntad de sobrevivir.
A lo largo de su vida enfrentó múltiples adversidades, incluyendo la pobreza y una dura enfermedad. En México, cantó en bares durante años y fue diagnosticada con cáncer de tiroides, lo que casi la dejó sin voz. Pero su determinación fue más fuerte: “El doctor me dijo que no podía cantar en seis meses, pero a los dos volví a los bares, yo tenía que trabajar”, recordó. Cada obstáculo fue un motivo para seguir adelante y construir su carrera con esfuerzo y pasión.
Más allá de la música, encontró en la pintura una vía de escape y sanación. “Mientras la música me daba para comer, la pintura me salvaba de toda la mierda que tuve que pasar”, confesó. A pesar de las dudas que aún la persiguen, con ocho discos y más de mil obras plásticas, ha demostrado que el arte no solo le pertenece a quienes tienen estudios, sino a quienes lo crean con el alma.
Hoy, Mon Laferte es una de las artistas más influyentes de Latinoamérica, pero no olvida su historia. “Si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo”, sentenció. Su vida es un testimonio de que la resiliencia y el talento pueden convertir la adversidad en una obra maestra.
