Han pasado 15 días desde la desaparición de Steven Medina, de 11 años; Nehemías Arboleda, de 12; Josué Arroyo, de 14; e Ismael Arroyo, de 15 años. Los menores desaparecieron el 8 de diciembre en el sector Las Malvinas, en el sur de Guayaquil, tras reunirse para jugar fútbol cerca del Mall del Sur. Según testigos, hombres vestidos con uniformes militares los interceptaron y se los llevaron en vehículos oficiales.
La madre de los hermanos Arroyo implora entre lágrimas: “Quiero que mis hijos regresen, que me digan ‘mamá, tengo hambre.’ No sé qué pasó, no sé qué decir a quienes me preguntan por ellos.
El Ministro de Defensa confirmó que militares estuvieron involucrados en la retención de los menores, pero hasta ahora no ha aclarado su paradero. La falta de respuestas ha generado una ola de indignación en el país, con protestas en Quito y Guayaquil. Familias, activistas y ciudadanos exigen justicia, alzando carteles con los nombres de los niños y clamando por su regreso.
Ante la creciente presión social, el presidente Daniel Noboa declaró a los niños héroes nacionales y aseguró que no habrá impunidad. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y las manifestaciones continúan como símbolo del dolor y la exigencia de verdad en un caso que conmociona al Ecuador.
