La imagen que Marruecos quiere proyectar de cara a la Copa África 2025 y el Mundial 2030 ha derivado en una tragedia silenciosa para miles de perros callejeros. Organizaciones defensoras de animales denuncian que el gobierno marroquí ha intensificado una campaña de exterminio para eliminar a estos animales de las calles. Según la Sociedad Marroquí para la Protección de Animales (SPA du Maroc), los perros son capturados brutalmente, muchos mueren en el proceso, y otros son llevados a instalaciones donde incluso son quemados vivos por falta de medios más «eficientes».
Estas acciones han sido comparadas por los activistas con una “solución final”, en referencia al genocidio nazi, y aunque reconocen las diferencias históricas, la analogía busca reflejar la brutalidad sistemática con la que se actúa contra los animales. El trasfondo es claro: mostrar una imagen limpia y moderna ante los turistas y delegaciones internacionales que visitarán el país durante los eventos deportivos. Sin embargo, el costo está siendo pagado por seres vivos indefensos y abandonados.
La Coalición Internacional para la Protección de los Animales (IAWPC) advierte que desde que la FIFA anunció que Marruecos sería coanfitrión del Mundial 2030, la matanza se ha intensificado. SPA du Maroc ha solicitado a la FIFA retirar la sede a Marruecos por incumplir su promesa de no asesinar a los perros. Incluso la reconocida primatóloga Jane Goodall pidió en una carta a la FIFA que intervenga y frene lo que calificó como “crueldades inimaginables”.
La raíz del problema radica en la ausencia de políticas públicas responsables, como campañas de esterilización y vacunación. Se estima que en Marruecos hay entre uno y tres millones de perros callejeros, una cifra alarmante que requiere soluciones sostenibles, no exterminios. Mientras tanto, en la frontera con Melilla, España se mantiene alerta, pues este problema también representa un riesgo sanitario.
