Autor: Alisson Ibarra
Las festividades de diciembre son un momento lleno de magia, regalos y unión familiar. En medio de todo esto, es común que muchas personas consideren regalar una mascota a sus seres queridos, especialmente a niños. Sin embargo, esta decisión, conlleva una responsabilidad que va mucho más allá de la temporada festiva.
Regalar un compañero de cuatro patas no es como obsequiar un juguete o un accesorio. Se trata de una vida que depende completamente de nosotros para su bienestar físico y emocional. Es una decisión que debe ser tomada con responsabilidad, considerando el tiempo, los recursos económicos y el espacio necesario para garantizar una vida digna al nuevo integrante de la familia.Desafortunadamente, muchos peluditos que son regalados en esta época terminan abandonados unos meses después. Según estudios de la Unidad de Bienestar Animal, hasta el 2023, en total 1,3 millones de peludos se encuentran en las calles, y existen tres machos por cada hembra. Esta es una cifra alarmante, pues no solo implica sufrimiento para el peludo, sino también un problema social y ético.
En lugar de regalar una mascota como sorpresa, se puede fomentar la adopción responsable. Esto incluye conversar con la familia para evaluar si están listos para incorporar un amigo de cuatro patas en sus vidas, investigar sobre sus necesidades específicas y, en caso de decidirse, optar por la adopción en lugar de la compra. Por eso existen organizaciones como la Unidad de Bienestar Animal (UBA) o la Fundación Fauna, que constantemente hacen campañas de adopción concientizada, dónde las posibles personas que adopten a estos nuevos integrantes de la familia, cumplan con una serie de requisitos para poder hacerlo, garantizando la comodidad y el bienestar de nuestras bendiciones.
Regalar una mascota puede ser un gesto maravilloso, pero solo si se hace desde la conciencia y el compromiso. Este diciembre, recordemos que el mejor regalo que podemos dar es el amor y la responsabilidad. Una mascota no es un regalo de temporada; es un miembro de la familia para toda la vida. Hagamos de estas fiestas una celebración llena de empatía, no solo para las personas, sino también para los seres maravillosos que comparten nuestro mundo.