Este martes, la vicepresidenta Verónica Abad, dará una rueda de prensa para anunciar las medidas que tomará frente a la única asignación entregada por el presidente de Ecuador Daniel Noboa, que fue ser colaboradora para la paz y precautelar el escalamiento de la conflictividad entre Israel y Palestina.
Para cumplir estas funciones, el Gobierno informó que Abad deberá trasladarse a la oficina de la embajada de Ecuador en Tel Aviv, Israel. De concretarse esta decisión, sería la primera vez, desde el retorno a la democracia, que un Mandatario envía a trabajar fuera del país a su vicepresidente y, más aún, como interlocutor en un conflicto bélico tan lejano al Ecuador y que, de paso, envuelve intereses geopolíticos de grandes dimensiones.
La decisión del traslado de la vicepresidenta fue oficializada mediante el Decreto Ejecutivo número 27, suscrito el pasado 24 de noviembre. Según el decreto, Abad estará físicamente en la Embajada de Ecuador en Israel. Allí tiene por encargo precautelar el buen uso del gasto público. Y deberá comunicar al presidente todas las funciones que realice.
En este sentido para Monica Banegas presidenta del Observatorio Participación Política de la Mujer señala que la vicepresidenta no estaría siendo víctima de violencia política de género, puesto que el artículo 149 de la Constitución de Ecuador establece que el vicepresidente o vicepresidenta electa cumplirá las funciones que le encomiende el presidente.
Sin embargo, al estar decretadas sus funciones, si Abad no las acata, puede ser destituida por incumplimiento. Lo que implicaría iniciar un proceso de reemplazo de la vicepresidenta. Esto no es nuevo para los ecuatorianos, puesto que en el periodo de Lenín Moreno hubo cuatro vicepresidentes.