Autor: Emily Yugsi
La UBA realizó 47,482 esterilizaciones en el 2024 y busca la identificación con microchips gratuitos en perritos y gatitos en el 2025 Quito sigue marcando un precedente en el cuidado y control ético de la población animal. La Unidad de Bienestar Animal (UBA) cerró el 2024 con un récord histórico de 47,482 esterilizaciones realizadas en toda la ciudad, y arranca el 2025 con otro ambicioso proyecto: la identificación con microchips de los perros y gatos del Centro Histórico.
Control responsable en el Centro Histórico
A partir de enero de 2025, la UBA iniciará la colocación de microchips de identificación en los 1,008 animales de compañía registrados en el censo poblacional realizado en noviembre pasado. Este esfuerzo forma parte de la “Estrategia de cuidado y conservación del Centro Histórico”, liderada por el alcalde Pabel Muñoz, cuyo objetivo es reducir la cantidad de animales en situación de calle y mejorar la convivencia en uno de los sectores más emblemáticos de la ciudad.
El censo, que visitó 2,600 hogares, identificó a 743 perros y 265 gatos en el sector. Los microchips serán entregados de manera gratuita, y las jornadas incluirán a otros animales no censados, siempre que sus tutores completen el registro correspondiente.
El impacto de las esterilizaciones masivas
En paralelo, el récord de 47,482 esterilizaciones alcanzado en 2024 demuestra el compromiso del Municipio por abordar la raíz de la sobrepoblación animal. Estas acciones no solo previenen camadas no deseadas, sino que también mejoran la calidad de vida de los animales y reducen su abandono en las calles.
Ambos proyectos, tanto el registro con microchips como las jornadas de esterilización, son parte de un plan integral que busca posicionar a Quito como un referente en el cuidado y protección animal. Además, estas medidas se alinean con el objetivo de fomentar una tenencia responsable y proteger la riqueza histórica y turística del Centro Histórico.
Con estas iniciativas, la ciudad avanza hacia un modelo sostenible de convivencia entre humanos y animales, demostrando que el bienestar animal es clave para el desarrollo de una comunidad inclusiva y ética.