En la entrega de resultados de la segunda ronda de la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI), el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reveló que la desnutrición crónica infantil en niñas y niños menores de dos años se redujo al 19.3% en 2024, lo que representa una disminución del 0,8% en comparación con el año anterior. Este dato es significativo para el país, ya que refleja un avance en la lucha contra la desnutrición infantil, una problemática que afecta de manera especial a los sectores más vulnerables.
La encuesta, realizada con la asistencia técnica de organismos internacionales como UNICEF, el BID y el Banco Mundial, tiene como objetivo evaluar el entorno social y el estado nutricional de los más pequeños, sirviendo como fuente oficial para medir el impacto de las políticas dirigidas a la primera infancia. Gracias a esta medición, el Gobierno ha podido ajustar y priorizar sus esfuerzos para combatir la desnutrición crónica infantil, implementando programas como el Bono de los 1000 Días, el programa Creciendo con Nuestros Hijos (CNH) y la mejora de los controles prenatales y de salud infantil.
Entre los logros obtenidos en este último año, destaca el aumento en la cobertura de vacunación infantil, los controles prenatales y de Niño Sano, así como la incorporación de más niños al programa CNH del MIES. Además, se ha reducido la prevalencia del agua contaminada con E. Coli, lo cual es clave para la prevención de enfermedades. Estos avances subrayan el compromiso del Gobierno en garantizar una infancia saludable para todos los niños y niñas, sin dejar a nadie atrás.
La secretaria técnica de Ecuador Crece Sin Desnutrición Infantil, María José Pinto, enfatizó la importancia de continuar con esta lucha de la mano de las familias. Pinto destacó que la participación activa de madres, padres y cuidadores es esencial para consolidar estos avances y asegurar un futuro con más oportunidades para la niñez ecuatoriana. Asimismo, recalcó que estos resultados son el reflejo de un trabajo conjunto y el incremento del presupuesto gubernamental en programas de primera infancia.