Joyce Higgins, nacida en Pensilvania, Estados Unidos, fue una figura clave en el ámbito empresarial de Ecuador. Aunque mantenía en secreto el año de su nacimiento, su vida estaba marcada por una gran determinación. A los 17 años se casó y pensó que su destino sería el de muchas mujeres de su generación: ser ama de casa. Sin embargo, la enfermedad de su esposo durante su primer embarazo cambió su destino, llevándola a tomar las riendas de su familia y de su empresa de venta de hierro para la construcción, Ferrisería. A pesar de los desafíos de ser mujer en un mundo empresarial dominado por hombres, Joyce logró dirigir exitosamente la compañía.
Ferrisería, bajo su liderazgo, creció rápidamente hasta convertirse en una de las cadenas más importantes de ferreterías del país. Con el tiempo, Joyce decidió venderla, consolidando su reputación como una de las empresarias más destacadas de Ecuador. En medio de su éxito, también decidió regresar a los estudios y obtener un título en Ingeniería Comercial, lo que le permitió ampliar su visión y compromiso con el desarrollo del país.
En los años 90, Joyce fue elegida presidenta de la Cámara de la Pequeña Industria, donde su voz comenzó a ganar fuerza en los círculos empresariales. En 1998, fue una de las primeras en proponer la dolarización como solución a los problemas económicos de Ecuador, una medida que finalmente se implementaría en el año 2000. Sin embargo, a pesar de que su propuesta se hizo realidad, Joyce permaneció vigilante sobre los efectos de la dolarización, preocupada por el impacto en la clase media y los pequeños empresarios.
Más allá de sus logros empresariales, Joyce fue una activista comprometida. Lideró la “Marcha de los crespones negros”, una protesta en contra de la crisis bancaria que afectó gravemente al país en el 2000. Su convicción de que la clase media y las pequeñas empresas eran el motor de la economía fue una constante en su vida. A pesar de ser una pionera en muchos campos, una de sus frases más recordadas refleja su humildad: “Ante una oportunidad, no importa si eres hombre o mujer, lo importante es ser el mejor”.
