El Gobierno italiano ha publicado un decreto que establece las directrices para adaptar las incubadoras de la industria avícola a las tecnologías de sexado in ovo, sistemas que permiten determinar el sexo de los embriones antes de su desarrollo. Esta medida supone un paso clave hacia el fin de una práctica ampliamente criticada por razones éticas y de bienestar animal.
A partir del 31 de diciembre de 2026, fecha en la que la prohibición entrará oficialmente en vigor, se evitará la muerte de aproximadamente 34 millones de pollitos machos cada año en Italia. Hasta ahora, estos animales eran triturados vivos, plenamente conscientes y en sus primeras 24 horas de vida, al ser considerados residuos por la industria productora de huevos.
El decreto, publicado en el Boletín Oficial de Italia el 4 de septiembre de 2025, permite a las incubadoras cumplir con la prohibición mediante la adopción de tecnologías de sexado in ovo, la modernización de sus instalaciones y la promoción de una comunicación transparente hacia los consumidores. Las directrices establecen que el sexo del embrión debe determinarse lo antes posible y, como máximo, antes del decimocuarto día de incubación, con el objetivo de reducir drásticamente el número de pollitos machos que llegan a nacer.
Aunque se prohíbe la matanza sistemática de pollitos machos por maceración, algunas exenciones seguirán permitiendo su eliminación mediante inhalación de dióxido de carbono. El decreto también autoriza el etiquetado voluntario para indicar que los huevos proceden de granjas que no sacrifican pollitos machos, así como el uso de códigos QR y campañas de sensibilización. No obstante, la autocertificación plantea desafíos, ya que los pollitos nacidos por errores de sexado aún podrían ser eliminados por otros métodos, siempre bajo la obligación de ofrecer información veraz y verificable.