La pandemia deja grandes pérdidas en diferentes sectores. La industria cervecera artesanal es una de ellas. Según una encuesta realizada por la Asociación de Cervecerías del Ecuador (ASOCERV) al gremio y otros actores proveedores y distribuidores, los ingresos de los productores de cerveza artesanal han caído en más de 70%, debido a las resoluciones adoptadas por la emergencia sanitaria.
Esta industria turística está compuesta por alrededor de 235 emprendimientos. Antes del COVID19 empleaba a más de 1.350 familias directamente y a más de 8.500 de forma indirecta. El 80% de las ventas estaban vinculadas directamente a las actividades de bares especializados, restaurantes, ferias y eventos. En conjunto, los fabricantes de cerveza artesanal movían aproximadamente $15,078,019.38 dólares en el año 2019 con apenas 0,64% participación del mercado, y ha tenido un crecimiento promedio anual desde el año 2013 del 20%.
“Estamos enfrentando una posible desaparición de la industria”. Con Ley Seca el 90% de las cervecerías artesanales del país cerrarán, manifestó la Asociación de Cervecerías del Ecuador en un comunicado.
Según las recientes disposiciones del COE Nacional, hasta el 31 de agosto, en Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar, Azuay, Loja, Santo Domingo, Esmeraldas, Sucumbíos, Napo, Orellana, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe:
- Está prohibida la venta de licor de viernes a domingo, con excepción de restaurantes de la categoría 4 autorizados por el Ministerio de Gobierno, y turísticos autorizados por Ministerio de Turismo, se permitirá únicamente como bebida de acompañamiento.
- Están prohibidas todo tipo de reuniones sociales.
- El toque de queda de 21:00 a 05:00 de lunes a jueves; de viernes a domingo regirá de 19:00 a 05:00.
A pesar de los intentos por mantenerse en el mercado, la situación no ha mejorado. Las cervecerías han optado por la venta a domicilio bajo protocolos de bioseguridad, han reducido su precio para poder aguantar la situación y cubrir costos fijos; sin embargo, varios factores complican su actividad. Tienen un alto porcentaje de carteras vencidas (en promedio 45%), cierre de puntos de distribución como bares y restaurantes, cambios en salvoconductos que han incautado producto, inaccesibilidad a créditos de reactivación por ser una industria de “alto riesgo”, interés y multas en diferimiento de préstamos, y los constantes problemas con la intendencia por las normas establecidas.
Su nivel de producción cayó a un 30%, muchos establecimientos han cerrado, y cerca del 75% de empleo se ha reducido.
El sector solicita de manera urgente la ayuda de las autoridades. Piden que se incluya esta actividad e industria en las medidas y los planes de alivio económicos que les permita cumplir con las obligaciones que tienen con sus empleados y así garantizar el futuro de los emprendimientos locales. Con apoyo financiero “podrían resistir de 5 meses hasta 1 año esta situación”.