Tras los fuertes hechos violentos registrados meses atrás en las cárceles de todo el país, mediante decreto ejecutivo, el presidente Guillermo Lasso conformó la Comisión de Diálogo Penitenciario y Pacificación para el Sistema de Rehabilitación Social.
El organismo está conformado por nueve expertos nacionales e internacionales entre los que figuran:
- Claudia Garzón, directora de la Unidad de Análisis Criminal de Colombia.
- Padre Luis Barrios, Iglesia Católica de Estados Unidos.
- Christian Nieto Salamea, Defensoría del Pueblo.
- Prudencio Loor Mendoza, Iglesia Evangélica.
- Miriam Delgado Chávez, académica.
- Mónica Ingarévalo Jaramillo, sociedad civil.
- Jorge Narváez Matamoros, representante Iglesia Católica Ecuador.
- Nelsa Curbelo Cora, activista.
- Ricardo Morales Vela, derechos humanos.
Los expertos tendrán seis meses para presentar un informe y generar estrategias, programas y planes para fortalecer el sistema penitenciario.
Para lograrlo, la comisión visitará las cárceles del país y entrevistará a personas privadas de la libertad, familiares y guías penitenciarios.
Claudia Garzón, experta en criminología y una de las integrantes, aseguró que, desde hoy, trabajará para humanizar al sistema de rehabilitación. “Necesitamos desnormalizar violencias, trabajar desde la dignificación humana, eso transforma (…) La pérdida de sensibilidad humana ha hecho que veamos a las cárceles como bodegas de carne humana” mencionó.
La funcionaria también se desempeña como asesora de los centros de privación de Colombia y México.
Medidas beneficiarán a 37 mil presos
De su parte, el primer mandatario destacó que estas acciones beneficiarán a cerca de 37 mil presos. Además, indicó que serán firmes con los ppl que quieran mantener la violencia. Sin embargo, aquellos que colaboren tendrán beneficios.
La conformación de esta comisión es parte de una de sus cinco medidas para combatir la crisis carcelaria del país. Esto luego de última masacre en la Penitenciaría del Litoral que dejó 65 reos asesinados. En lo que va del año, más de 300 presos han muerto en los centros de reclusión.