En Ecuador, la desaparición de niños, niñas y adolescentes ha alcanzado niveles alarmantes. Solo en 2023 se registraron 171 menores desaparecidos, mientras que en 2024 la cifra aumentó a 322. En lo que va de 2025, hasta el 18 de marzo, se han reportado tres desapariciones diarias en promedio. Desde 2017 hasta la fecha, 868 menores continúan desaparecidos en el país, según cifras oficiales del Ministerio del Interior.
Una investigación realizada por Tierra de Nadie, bajo la dirección de la periodista Alina Manrique y en colaboración con CONNECTAS y Saturno Digital, profundiza en las causas estructurales de estas desapariciones. El estudio señala al crimen organizado como uno de los principales factores: muchas de estas desapariciones están relacionadas con el reclutamiento forzado de menores por parte de bandas delictivas o redes de explotación sexual. Los niños y adolescentes son utilizados como “fusibles” dentro de las operaciones criminales, expuestos a un riesgo extremo y sistemático.
Otro factor de preocupación es la vinculación de algunas desapariciones con acciones de las fuerzas de seguridad del Estado. El reportaje documenta casos como el de los cuatro adolescentes desaparecidos en Las Malvinas, Guayaquil, luego de ser detenidos por militares sin orden judicial. Además, la militarización de ciertas zonas ha provocado desplazamientos forzados y ha dejado sin servicios básicos a muchas comunidades, lo que aumenta la vulnerabilidad de los menores.
Un dato revelador y preocupante es que el 71% de los menores desaparecidos son niñas y adolescentes. La investigación explica que esta mayoría responde a su mayor exposición al abuso sexual, a la trata de personas y al reclutamiento por parte del crimen organizado. La falta de respuesta efectiva del Estado y la negligencia institucional contribuyen a mantener este grave problema silenciado e impune.