La industria del cannabis no psicoactivo y el cáñamo industrial en Ecuador ha evolucionado rápidamente, consolidándose como un sector estratégico para la economía nacional. Con 705 empresas legalmente establecidas y más de 800 productos en el mercado, este sector se ha fortalecido gracias a ciclos de cultivo cortos y un clima propicio. Las inversiones ya suman $67 millones, y el gobierno ha otorgado 260 licencias activas, lo que demuestra un compromiso con el desarrollo regulado de la industria.
Las proyecciones para 2025 son prometedoras: se estima que los ingresos alcanzarán los $10 millones anuales y que se generarán 30,000 empleos directos y 144,000 indirectos, con un impacto de 0.5% en el PIB. En términos de producción, se han autorizado más de 2,200 hectáreas para el cultivo, con Guayas liderando con un 43% del total. El interés de mercados internacionales como Estados Unidos, Europa y América Latina refuerza el potencial de Ecuador como un proveedor clave en esta industria en crecimiento.
Para operar dentro del marco legal, las empresas deben cumplir con un sistema de licencias específicas. El cultivo de cannabis no psicoactivo requiere la Licencia Tipo 3, que permite sembrar en invernadero con un mínimo de 420 m² o a cielo abierto desde 1 hectárea. En el caso del cáñamo industrial, se exige la Licencia Tipo 4, con un área mínima de 5 hectáreas a cielo abierto. Estas normativas garantizan un control riguroso por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería, asegurando que la producción cumpla con estándares de calidad y sostenibilidad.
A nivel global, la industria del cannabis no psicoactivo proyecta un valor de $68.47 mil millones para 2025. Sin embargo, enfrenta desafíos importantes como la competencia con mercados ilícitos, la sobreoferta de materia prima y el impacto ambiental del consumo intensivo de recursos. A pesar de estos obstáculos, Ecuador apuesta por la sostenibilidad y el aprovechamiento de sus ventajas territoriales para consolidarse como un referente en el sector.
