Aunque el matrimonio infantil está prohibido en Ecuador desde 2015, las uniones tempranas siguen siendo una realidad que afecta profundamente a miles de niñas y adolescentes. El informe global El Estado Mundial de las Niñas 2025, elaborado por Plan International, revela que en nuestro país el 26% de mujeres entre 18 y 49 años se casaron o unieron antes de cumplir los 18. En provincias como Manabí, el 36,7% de madres adolescentes entre 10 y 17 años están en unión o matrimonio. Estas cifras reflejan que, más allá de lo legal, persisten prácticas sociales y culturales que normalizan esta forma de violencia.
Las principales causas de este fenómeno en Ecuador son el embarazo adolescente no planificado, la pobreza, la violencia basada en género y el control sobre la sexualidad femenina. Los testimonios de niñas entrevistadas muestran que muchas desean estudiar, trabajar y ofrecer un futuro distinto a sus hijos, pero encuentran barreras estructurales que limitan sus oportunidades. El matrimonio infantil no solo vulnera derechos, también profundiza la desigualdad, expone a las niñas a violencia y deteriora su salud física y emocional.
Frente a esta problemática, en Ecuador Plan International impulsa acciones para prevenir las uniones tempranas. La metodología Zona Libre de Embarazo Adolescente (ZLEA) ha demostrado reducir el embarazo precoz hasta en un 73% en niñas menores de 15 años. Además, se han implementado 110 defensorías comunitarias articuladas al sistema nacional de protección, con el objetivo de garantizar acompañamiento, educación y apoyo integral a las adolescentes.
En el marco del Día Internacional de la Niña, que se conmemora cada 11 de octubre, Plan International hace un llamado urgente a todos los sectores de Ecuador: gobierno, sociedad civil, sector privado y comunidades. Es momento de garantizar que cada niña en nuestro país pueda crecer con dignidad, acceder a oportunidades reales y vivir libre de violencia. El matrimonio infantil no debe ser visto como algo normal: es una violación de derechos que limita el futuro de miles de niñas y perpetúa ciclos de pobreza e inequidad.