El próximo 30 de enero de 2025 se llevará a cabo la reconstrucción de los hechos relacionados con la desaparición de cuatro menores en el sur de Guayaquil, ocurrida la noche del 8 de diciembre de 2024. Las víctimas, Ismael y Josué Arroyo, de 15 y 14 años, Saúl Arboleda, de 15 años, y Steven Medina, de 11 años, desaparecieron tras un operativo militar. Las autoridades han recopilado testimonios clave que aportan detalles cruciales para esclarecer este caso.
Uno de los testigos principales es un hombre que prestó su teléfono a los menores para que llamaran a sus padres. Durante la primera llamada, este advirtió al padre de los niños que debía llegar a la vía en Taura (Naranjal) en menos de una hora “antes de que la mafia se los lleve”. Sin embargo, en una segunda comunicación, el hombre, visiblemente molesto, reclamó al padre por haber enviado a la Policía al lugar, señalando que casi lo detienen. Además, afirmó que, para ese momento, la mafia ya se había llevado a los menores.
Otro testigo, presente en un bar cercano, declaró haber visto a los niños antes de que fueran llevados. Según su relato, miembros de una banda criminal llegaron en motocicletas, y poco después, “a los cuatro pelados que estaban allí se los llevaron en un bote hacia el manglar”. Este testimonio refuerza la hipótesis de un crimen organizado y ha permitido identificar a los posibles responsables, conocidos por sus alias: Momo, Ñato, Danny y Ruco.
De acuerdo con las declaraciones, alias Momo habría comentado a otros involucrados que tenía la intención de pedir que quemaran los cuerpos de los menores. La reconstrucción de los hechos será clave para esclarecer lo sucedido y avanzar en el proceso judicial, mientras las familias de las víctimas exigen justicia y la sociedad se mantiene alerta frente a este trágico caso que evidencia la creciente presencia del crimen organizado en el país.
