Cada 20 de febrero, el mundo celebra el Día Mundial de los Gatos, una fecha que surgió en honor a Socks, el famoso gato de la familia del expresidente de EE.UU. Bill Clinton. Este felino blanco y negro fue rescatado de la calle y se convirtió en una celebridad durante su estancia en la Casa Blanca en los años 90. Su carismática presencia en actos oficiales y campañas educativas lo hizo muy querido por el público. Tras su fallecimiento en 2009, el 20 de febrero se estableció como un homenaje a todos los gatos del mundo.
Los gatos han acompañado a los humanos durante miles de años, siendo símbolos de elegancia, independencia y misterio. Su capacidad para adaptarse a distintos entornos y su instinto cazador los convirtieron en aliados valiosos en la historia de la humanidad. Además, está comprobado que su ronroneo tiene un efecto terapéutico, reduciendo el estrés y promoviendo la relajación en sus dueños. Esta fecha es una oportunidad para recordar el impacto positivo que los felinos tienen en nuestras vidas.
Sin embargo, el Día Mundial de los Gatos no solo es una celebración, sino también un llamado a la conciencia y el respeto por estos animales. Miles de gatitos viven en las calles, enfrentando hambre, enfermedades y abandono. Organizaciones de protección animal aprovechan esta fecha para promover la adopción responsable, la esterilización y el cuidado adecuado de los felinos. Además, no es la única celebración dedicada a ellos: el 8 de agosto fue declarado Día Internacional del Gato por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal, mientras que el 29 de octubre es celebrado en Estados Unidos gracias a la activista Colleen Paige.
No solo hoy estos peludos merecen nuestro respeto y cariño. Ya sea adoptando, ayudando a un gato callejero o simplemente disfrutando de la compañía de nuestro amigo felino, este día nos recuerda que ellos son mucho más que mascotas: son compañeros de vida que merecen amor y protección.
