Cada 11 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha clave para reflexionar sobre la brecha de género en este ámbito. Aunque el talento no tiene género, las mujeres han tenido que enfrentar numerosos obstáculos para abrirse camino en la investigación científica. Según datos de la Unesco, solo el 44% de los investigadores en América Latina son mujeres, a pesar de que representan el 58% de los graduados universitarios en la región.
Uno de los principales desafíos es la falta de referentes femeninos en la ciencia. Históricamente, muchas científicas fueron invisibilizadas o sus logros fueron atribuidos a colegas masculinos, un fenómeno conocido como el efecto Matilda. Para cambiar esta realidad, la campaña «No Más Matildas», impulsada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), busca dar visibilidad a las mujeres en la ciencia y motivar a más niñas a interesarse por carreras en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
En Ecuador, la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (REMCI) trabaja activamente para cerrar esta brecha de género. Conformada por más de 450 investigadoras de distintas universidades del país, la REMCI impulsa mentorías, espacios de divulgación y actividades para inspirar a las nuevas generaciones de científicas. Además, promueve políticas públicas que fomenten la igualdad de oportunidades en la investigación.
Es fundamental que desde la infancia se incentive la participación de las niñas en la ciencia. La educación y el acceso a modelos femeninos en el sector son clave para romper estereotipos y construir una comunidad científica más equitativa. Las mujeres han demostrado su capacidad en la ciencia a lo largo de la historia, y es momento de que su presencia sea reconocida, valorada y fortalecida.