La desnutrición crónica infantil es una condición que hasta 2018 afectaba al 27,2 % de menores de 2 años en el Ecuador, y probablemente ahora a un porcentaje mayor de infantes después de la pandemia de COVID-19. Esta incidencia representa un serio problema de salud pública, en la medida en que afecta a la salud y desarrollo de los bebés, dado que, el período de los primeros 1000 días de vida (desde la concepción, durante el embarazo y hasta los primeros dos años) es vital para dotar a los infantes con los nutrientes, vacunas y estimulación que necesitan para lograr su pleno crecimiento corporal y desarrollo cognitivo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, trabaja con el Ministerio de Salud Pública, para erradicar la desnutrición canónica infantil, resaltando la importancia de los controles médicos durante el embarazo y durante los primeros años de vida del bebé, etapa clave en el desarrollo y crecimiento de la criatura.
Una de las principales consecuencias de la desnutrición crónica infantil es la dificultad del niño o niña en el aprendizaje en la edad escolar. Además, pueden presentarse otras consecuencias como: sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles, como hipertensión o diabetes en la vida adulta, y dificultades para insertarse en el mercado laboral.
Como parte de la campaña para erradicar la desnutrición crónica infantil, UNICEF destaca la prevención, y para esto recomiendan tener políticas públicas integrales que fomenten: los controles médicos desde el embarazo, la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, una alimentación adecuada para la edad, la vacunación completa y oportuna. Además, se debe garantizar acceso a agua potable y saneamiento, y promover el cuidado con afecto y la estimulación.
Asimismo, UNICEF colabora con el Gobierno en diversas líneas para poder combatir ante esta problemática que afecta a una población vulnerable como es la niñez, entre ellas:
- Asistencia técnica, insumos y capacitación para la medición de la calidad del agua de la Encuesta Nacional de Desnutrición Infantil (ENDI).
- Apoyo en la producción de la campaña educomunicacional con Máximo y en la elaboración e implementación de la estrategia de cambios de comportamiento.
- Generación de insumos para el financiamiento y mejoramiento de la calidad del gasto de las prestaciones para prevenir la desnutrición crónica infantil.
- Modelo de gestión local comunitario para mejorar la salud y nutrición de niños y niñas en la primera infancia y de mujeres gestantes en el área rural.
- Implementación de la estrategia de vigilancia epidemiológica comunitaria para asegurar la continuidad de los servicios materno-infantiles esenciales en territorio y conectar a los niños que sufren de desnutrición crónica o están en riesgo de desarrollarla con las instituciones públicas para que reciban atención.
Actualmente el país cuenta con un Consejo Consultivo para prevenir la Desnutrición Crónica Infantil, entidad que considera que es necesario realizar una campaña de sensibilización, puesto que, muchas madres jóvenes desconocen la importancia de los primeros 1000 días de vida de los niños en su desarrollo. Además, es fundamental fortalecer la comunicación para incidir en cambios de comportamiento, utilizar tecnologías para el procesamiento y gestión de información, establecer procesos de desarrollo infantil.