Una marcha en contra del maltrato animal se realizará, el próximo 06 de agosto, a las 09:00 del en la Tribuna de los Shyris, norte de Quito. Este fue convocado por varios colectivos sociales que luchan por el bienestar de los animales de compañía y que buscan que sus derechos se respeten y el maltrato animal desaparezca en la capital.
Betty Sarango representante del Colectivo “Carapungo en acción” menciona que la marcha tiene como objetivo que se pedir la creación de una secretaría de bienestar animal, además de crear una ley de bienestar animal con el fin de que los derechos de los animales sean respetados y los casos de maltrato no queden impunes.
La convocatoria se realizó el Bloque de Defensa Animal y el abogado Ramiro Tamayo, representante de la Fundación “Una Pata de Esperanza”, para también pedir justicia por Spayk, el perro de raza husky siberiano que fue asesinado por una señora en el 2022 y que su audiencia tendrá lugar el próximo 07 de agosto a las 10:00 am en el Complejo Judicial Sur.
Betty también indicó que su colectivo también pedirá justicia para Kira, la perrita rottweiler que sobrevivió tras ser degollada en Zabala de Calderón, extremo norte de la urbe y el caso que la Unidad de Bienestar Animal (UBA), del Municipio de Quito, se encuentra investigando para poder identificar al agresor de la perrita.
Como defensora de los derechos de los animales, Betty destacó que antes de que se disuelva la Asamblea Nacional ya se habían presentado varias propuestas de leyes a favor del bienestar animal, por lo que pide a las nuevas autoridades no archivar estas propuestas y permitir que la sociedad reconozca y respete los derechos de los animales.
Hay que recordar que el Código Municipal contiene una serie de infracciones en caso de no cuidar bien a un animal de compañía. Las infracciones leves, que engloban infracciones como: que tu animal de compañía no tenga collar; no recoger sus excrementos; no cumplir con sus vacunas. Las graves contemplan: incumplir con la esterilización de animales de compañía; causar molestias a los vecinos por ruidos o malos olores; entre otros. Y los muy graves que tienen: abandonar animales en espacios públicos; encadenar o atar animales; causar la muerte de animales de compañía.