Cada 30 de noviembre, Ecuador conmemora el Día Nacional de la Lucha contra la Desnutrición Crónica Infantil, una fecha que recuerda la importancia de los primeros 1.000 días de vida en el desarrollo de niñas y niños. Este período, que abarca desde la gestación hasta los dos años de edad, determina gran parte del futuro en cuanto a salud, aprendizaje y bienestar. La jornada invita a reflexionar sobre la responsabilidad colectiva de garantizar un inicio digno y saludable para toda la infancia.
La situación en Ecuador revela un desafío urgente. El país registra la mayor prevalencia de Desnutrición Crónica Infantil en Sudamérica: uno de cada cinco menores de dos años la padece, afectando su crecimiento y desarrollo integral, según Plan Internacional Ecuador. Esta realidad está presente tanto en zonas urbanas como rurales, con provincias como Santa Elena y Cotopaxi alcanzando tasas del 32,6% y 28,2% respectivamente en niñas y niños menores de dos años. Los datos del INEC muestran que, aunque afecta a todos los estratos sociales, el impacto es más fuerte en familias pobres y comunidades indígenas.
Frente a este panorama, las familias juegan un papel fundamental. La alimentación adecuada debe comenzar desde la gestación, acompañada de controles prenatales y vacunación oportuna. La lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y complementaria hasta los dos años es una de las medidas más efectivas para prevenir la desnutrición. A esto se suman prácticas esenciales como el acceso a agua segura y hábitos de higiene adecuados en el hogar.
La prevención también depende de decisiones cotidianas. Ofrecer una alimentación complementaria nutritiva a partir de los seis meses, mantener seguimiento médico y estar informados permite asegurar oportunidades reales para el desarrollo infantil. En esta fecha, se recuerda a madres, padres y cuidadores que cada acción cuenta: sembrar vida y salud en los primeros 1.000 días es construir un futuro más fuerte para el país entero.


