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martes, julio 8, 2025
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Tina, la peluda alcaldesa de Panamá

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No todas las mascotas tienen una vida pública, pero Tina no es cualquier perrita: es nada menos que la «alcaldesa» honoraria e imagen oficial de una gestión que apuesta por la empatía, el bienestar animal y la ternura como herramienta política. Con banda incluida, su presencia en eventos, reuniones y campañas no es simbólica, sino una declaración de principios: todos en su equipo trabajan para ella, porque todos la quieren y ella los representa con amor silencioso y mirada sabia.

@tuvoz.tv

No todas las mascotas tienen una vida pública, pero Tina no es cualquier perrita: es nada menos que la «alcaldesa» honoraria e imagen oficial de una gestión que apuesta por la empatía, el bienestar animal y la ternura como herramienta política. Con banda incluida, su presencia en eventos, reuniones y campañas no es simbólica, sino una declaración de principios: todos en su equipo trabajan para ella, porque todos la quieren y ella los representa con amor silencioso y mirada sabia.

♬ Happy Acoustic Traveling – PaperThinStudio

Tina no fue rescatada, fue adoptada de la calle en Panamá por quien hoy es su compañero de vida y alcalde. Llegó sola a una casa en lo alto de la montaña y nunca más se fue. Hoy, esa perrita que un día simplemente apareció, tiene 135.000 seguidores en redes sociales, una dirección de correo para invitaciones oficiales, y una misión clara: visibilizar la situación de los animales callejeros y promover una política pública más humana, desde el gobierno local hasta el central y la empresa privada.

Su fama ha trascendido fronteras. Ha sido invitada a eventos a los que ni siquiera su propio alcalde ha sido convocado. Representa lo femenino, lo amable y lo que muchas veces pasa desapercibido: la capacidad de una mascota de cambiar corazones y abrir caminos. Tina no habla, pero su silencio conmueve más que muchos discursos. Es embajadora de los que no tienen voz, pero sí derecho a una vida digna.

Aunque su dueño la describe en broma como «tóxica», por lo inseparable que es y lo celosa que puede ser con otras mascotas, la verdad es que Tina se ha ganado su lugar. Desde que subió al estrado y recibió su propia banda de «princesa», no ha hecho más que inspirar sonrisas, abrazos y, sobre todo, conciencia. Porque no se trata solo de ternura, sino de dar ejemplo. Y Tina lo hace todos los días, sin pronunciar una palabra.

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