La Autopista General Rumiñahui es una de las principales arterias viales que conecta el valle con el centro de Quito, y actualmente es intervenida por la Prefectura de Pichincha para garantizar su buen estado. Según explicó Alex Rivera, director de Vialidad, se realizó un bacheo emergente con asfalto en frío, debido a la falta de mezcla asfáltica en caliente provocada por los daños en la Refinería de Esmeraldas. Aunque el mantenimiento fue concluido el fin de semana pasado, no se descarta reactivarlo en caso de ser necesario.
Además del mantenimiento vial, la autopista cuenta con una red de servicios de seguridad y asistencia. La Prefectura opera grúas las 24 horas, monitoreadas desde un sistema de más de 30 cámaras distribuidas a lo largo de la vía. También se dispone de una ambulancia permanente con paramédicos en la zona del peaje. Rivera detalló que, ante emergencias, los usuarios pueden activar los botones de pánico ubicados en las paradas de buses bajo los puentes, lo que permite una respuesta inmediata.
En cuanto a los trabajos complementarios, se realiza mantenimiento rutinario diario, que incluye corte de césped, limpieza, reparación de luminarias y señalética, recolección de basura y atención a paradas de buses. Este se complementa con el mantenimiento periódico, como el recapeo de la vía, que se programó por última vez en 2022 y está previsto nuevamente para el año 2026, dentro de un plan estructurado de conservación de la capa asfáltica.
Finalmente, Rivera recalcó que la Autopista General Rumiñahui está interconectada con vías complejas como la Simón Bolívar y la Velasco Ibarra, por lo que los embotellamientos muchas veces se deben a incidentes fuera de su jurisdicción. Ante estas situaciones, el canal oficial para recibir alertas y recomendaciones es la cuenta de X @autopistaagr. El llamado a los ciudadanos es claro: hacer buen uso de esta vía, respetar las normas, y valorar los servicios que el peaje permite sostener en beneficio de todos.