Johanna Cañizares, enviada especial China
A tan solo 3 kilómetros del aeropuerto de Luoyang, se encuentra uno de los tesoros florales más importantes de China y del mundo: el Jardín Nacional de Peonías. Fundado en 1984, este extenso parque no es solo un destino turístico, sino también un centro clave para la investigación, preservación y promoción de esta emblemática flor china.
Con una superficie de 161 hectáreas, el jardín está dividido en dos secciones —norte y sur—, y alberga más de 200 mil ejemplares de peonías, incluyendo 1.365 variedades originarias de distintas regiones de China y de países como Japón, Estados Unidos y varias naciones europeas. Es aquí donde convergen las principales poblaciones genéticas de peonías del planeta.




La peonía, conocida como la “reina de las flores”, ha sido símbolo de riqueza, nobleza y belleza femenina desde la antigüedad. Durante la dinastía Tang, Luoyang la proclamó su flor imperial, y aún hoy, millones de visitantes acuden durante el Festival Internacional de Peonías, que se celebra cada abril, para rendirle homenaje entre exposiciones, danzas tradicionales y recorridos botánicos.




Tu Voz Tv visitó este jardín que es mucho más que un espectáculo visual. Alberga el Banco Nacional de Genes de Peonías, el Banco de Recursos de Germoplasma Forestal y un centro de innovación floral respaldado por la Administración Forestal Estatal de China. Gracias a estos esfuerzos, Luoyang no solo protege su herencia cultural, sino que lidera la investigación botánica a nivel nacional.
Recorrer el parque es una experiencia sensorial completa. El aire está impregnado del aroma de las flores y el paisaje es un lienzo en movimiento donde cada variedad cuenta su propia historia. Los visitantes pueden apreciar desde las peonías de pétalos densos y fragancia intensa, hasta híbridos modernos que combinan colores y formas sorprendentes.
En medio de esta inmensidad floral, uno comprende por qué la peonía ha sido musa de poetas, pintores y emperadores. En Luoyang, la peonía no solo florece cada primavera: revive una tradición milenaria que sigue latiendo con fuerza entre ciencia, arte y naturaleza.