Un nuevo estudio de UNICEF revela el alarmante impacto de la contaminación del aire en la infancia en Asia Oriental y el Pacífico. Según el informe, más de 100 niños menores de cinco años mueren cada día debido a la exposición a niveles insalubres de aire. Esta crisis se agrava en la estación seca, cuando la contaminación alcanza su punto máximo, provocando cierres de escuelas y graves problemas de salud.
El análisis indica que todos los niños de la región viven en países con altos niveles de contaminación. La quema de combustibles sólidos en los hogares es una de las principales causas, contribuyendo a más de la mitad de las muertes infantiles relacionadas con la contaminación. Además, 325 millones de niños están expuestos a niveles de partículas PM2.5 hasta cinco veces superiores a lo recomendado por la OMS, y el 91 % enfrenta contaminación por ozono en niveles peligrosos.
Los efectos en la salud infantil son devastadores. Desde el embarazo, la exposición al aire tóxico aumenta el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. En la infancia, los niños son más vulnerables a enfermedades respiratorias, daño pulmonar y problemas en su desarrollo cognitivo. Aquellos que viven en comunidades de bajos recursos están aún más expuestos, al residir cerca de fábricas y carreteras con alta contaminación.
Ante esta crisis, UNICEF hace un llamado urgente a los gobiernos, empresas y la sociedad para tomar medidas inmediatas. Es fundamental fortalecer las políticas ambientales, reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire en entornos infantiles. Además, se promueve la concienciación sobre los efectos de la contaminación y la adopción de tecnologías sostenibles. Actuar ahora no solo salvará vidas, sino que también traerá beneficios económicos y sociales a largo plazo.
