Proteger el hogar no es solo una cuestión de tranquilidad, sino también de responsabilidad. Un seguro de hogar permite cubrir los daños ocasionados por eventos inesperados como incendios, robos o desastres naturales, resguardando el patrimonio familiar. Además, brinda servicios adicionales que pueden ser fundamentales en situaciones de emergencia, como asistencia en plomería, cerrajería o incluso reparaciones eléctricas. Según Andrés Donoso, de Seguros Constitución “los seguros de hogar no solo son para grandes desastres, sino para los problemas cotidianos que pueden surgir en cualquier momento”.
Contratar un seguro de hogar es una decisión accesible y estratégica. Las pólizas suelen tener un costo anual promedio de 300 dólares, lo cual resulta menor comparado con los gastos que implicaría reparar daños significativos. Además, las aseguradoras ofrecen planes personalizados, adaptados al tamaño de la vivienda, su ubicación y los riesgos asociados. Donoso enfatiza que “proteger el hogar es una inversión en seguridad y en la tranquilidad de toda la familia”.
A pesar de los beneficios, en Ecuador el porcentaje de hogares asegurados sigue siendo bajo. Muchas personas desconocen las coberturas disponibles o piensan erróneamente que asegurar su vivienda es costoso. Esta falta de información incrementa la vulnerabilidad de las familias ante situaciones adversas. «Contar con un seguro puede marcar la diferencia entre la recuperación rápida o enfrentar pérdidas irreparables”, recalca Donoso.
La importancia de un seguro de hogar radica en prevenir lo imprevisible. Más allá de las coberturas básicas, también fomenta la cultura de prevención y planificación. Proteger la vivienda no solo significa cuidar un bien material, sino también garantizar el bienestar y la estabilidad emocional de quienes la habitan. Elegir un seguro adecuado es un paso clave para construir un futuro más seguro y estable para la familia.
