El Día de las Escritoras es una celebración que tiene lugar cada año el lunes más cercano al 15 de octubre, con el propósito de honrar a las mujeres en la literatura, un campo en el que históricamente han sido relegadas. Esta fecha se escogió en homenaje a Santa Teresa de Jesús, un ícono de la espiritualidad y la escritura femenina, cuya obra sigue siendo referencia de excelencia literaria.
Desde su creación en 2016, impulsada por la Biblioteca Nacional de España y otras organizaciones, el Día de las Escritoras busca corregir la falta de visibilidad y reconocimiento de las escritoras a lo largo de los siglos. Muchas enfrentaron la necesidad de usar seudónimos masculinos para ser publicadas o valoradas, como ocurrió con grandes autoras del pasado. Hoy, el panorama ha mejorado, pero aún queda mucho por hacer para lograr la equidad en el ámbito literario.
En Ecuador, escritoras como Gabriela Alemán han sido reconocidas internacionalmente, como cuando fue seleccionada en 2007 por el Hay Festival como una de las 39 autoras más importantes de América Latina menores de 39 años. Mónica Ojeda, diez años después, también fue incluida en esta prestigiosa lista. María Fernanda Ampuero ha visto cómo su libro Pelea de gallos ha sido aclamado tanto por la crítica como por el público en España y América Latina. Solange Rodríguez Pappe ha ganado terreno con su obra en el sello editorial Candaya, mientras que Daniela Alcívar Bellolio continúa marcando la narrativa ecuatoriana. En la no ficción, Sabrina Duque ha destacado con su libro VolcáNica, proyecto con el que obtuvo la beca Michael Jacobs.
El Día de las Escritoras no solo celebra sus logros, sino que nos recuerda la importancia de seguir reconociendo sus aportes a la cultura. Sus palabras trascienden fronteras y generaciones, y es esencial que continuemos apoyando sus voces, para que sigan escribiendo la historia literaria.
