La mutilación de animales con fines estéticos, como la cortectomía o la auricotomía, es una práctica cruel y completamente innecesaria, considerada maltrato animal.
En la ciudad de Guayaquil, esta actividad está categorizada como una infracción «muy grave» y acarrea severas sanciones legales. Según lo dispuesto en la Ordenanza Municipal, los responsables de estas prácticas pueden enfrentar multas que van desde 3 hasta 7 salarios básicos unificados, además de la obligación de cumplir entre 100 y 300 horas de servicio comunitario.
La legislación es clara: ningún procedimiento que altere físicamente a un animal por motivos estéticos está permitido, salvo aquellos que tengan un fin médico o veterinario para corregir alguna patología o controlar la reproducción.
Es importante que la ciudadanía esté informada y comprenda que el bienestar animal no es una opción, sino una responsabilidad compartida. Las leyes buscan proteger a los animales de sufrir cualquier tipo de mutilación innecesaria. La prohibición de mutilar orejas y rabos de perros, entre otros procedimientos, es un paso significativo hacia la erradicación de esta forma de maltrato. Acciones como estas fomentan una mayor conciencia sobre la importancia del respeto hacia los derechos de los animales.
Las intervenciones que son puramente estéticas causan un dolor innecesario y pueden tener efectos negativos en la salud y el comportamiento de las mascotas.
El Municipio de Guayaquil, a través de la Ordenanza Municipal y en colaboración con entidades de bienestar animal, está comprometido a poner fin a estas prácticas. Se insta a la ciudadanía a denunciar cualquier forma de maltrato y a educarse sobre el cuidado responsable de los animales. El respeto, el cuidado y el amor hacia los animales son fundamentales para construir una sociedad más ética y compasiva