Steven Navas, un destacado ingeniero electrónico automotriz y campeón de natación, ha demostrado que con esfuerzo y dedicación se puede alcanzar la grandeza. Domina las cuatro modalidades de la natación: estilo mariposa, libre, pecho y espalda, en distancias de 100 y 200 metros. Navas es bicampeón sudamericano con dos medallas de plata y una de bronce, y está clasificado entre los 10 mejores nadadores del mundo en la categoría de 25 a 29 años.
A pesar de sus logros, Navas ha tenido que financiar sus propias competencias, invirtiendo más de 5,000 dólares solo para participar en el Mundial de Doha, lo que lo ha dejado endeudado.
“Yo tengo que invertir prácticamente el 100% de mi preparación”, comenta Navas, lamentando la falta de apoyo económico del gobierno. Sin embargo, su situación ha mejorado gracias al respaldo de la empresa privada, Andalucía, que ha apostado por su talento. “Desde que Andalucía me está apoyando, las cosas han mejorado”, afirma.
En su último campeonato nacional, logró romper varios récords nacionales, llevándose seis medallas de oro y dos de plata, consolidándose como el mejor deportista del evento.
El apoyo a deportistas como Steven no solo es una inversión en sus sueños, sino en el futuro del deporte ecuatoriano. Navas subraya la importancia del patrocinio privado: “Sin la empresa privada, no hay medallas. La inversión es demasiado alta”, explica. Para un ciclo olímpico, estima que se necesitarían entre 20,000 y 30,000 dólares solo para la preparación. A pesar de su éxito, el apoyo gubernamental sigue siendo mínimo, algo que Navas considera inaceptable para un atleta de su calibre.
Además de su carrera deportiva, Navas también es empresario, con una compañía de mantenimiento de autos híbridos, y profesor de natación. “Estoy buscando trabajo”, comenta humildemente, recordando a la audiencia que, a pesar de ser un campeón, los ingresos no llegan por sí solos. Steven Navas es un ejemplo claro de que el talento, sin el apoyo necesario, no siempre puede alcanzar su máximo potencial.
