Lila, una perra de 12 años logró conquistar los corazones de todos los vecinos de Villa Crespo, un edificio, ubicado en Buenos Aires, Argentina. Debido a su avanzada edad, los inquilinos se unieron para cuidarla, pasearla y proporcionarle todo lo que necesita. De esta manera la perrita comunitaria es una inquilina más de este edificio.
En este peculiar caso de esta perrita comunitaria cada vecino del edificio, aparte de encontrársela en los pasillos y saludarla, contribuyen para garantizar su bienestar y aporta en la provisión de alimentos como en otros cuidados necesarios. Igualmente, se organizan turnos rotativos entre los vecinos para pasearla y bañarla.
De acuerdo a una nota publicada en el medio LA NACION, la perrita tiene tres camas en los descansos de la escalera, pero elige dormir donde le place. Disfruta explorar en el jardín del edificio y, en ocasiones, decide quedarse con alguno de los vecinos. De esta manera se contribuye a su cuidado y bienestar.
La historia de Lila es un ejemplo de que las personas pueden vivir en armonía con perritos comunitarios, que han pasado por situaciones de calle o abandono y pueden volver a tener una segunda oportunidad. Además, de defender y respetar los derechos de los animales de compañía y comunitarios.
