28 perros fueron rescatados por parte del personal de la Unidad de Bienestar Animal (UBA) del Municipio de Quito, de un presunto criadero clandestino de animales de compañía que se localizaba en el sector de Llano Grande, al norte de Quito. Además, se verificó la reincidencia de una persona que mantenía animales hacinados en jaulas muy pequeñas y sin esterilizar.
El personal de la UBA identificó que los animales estaban con lesiones visibles, los recipientes de agua terriblemente sucios, hembras preñadas, y la mayoría de los animales con un comportamiento agresivo entre ellos. Los peluditos fueron trasladados a uno de los Centros de Atención Veterinaria, Rescate y Acogida Temporal (CAVRAT), para recibir atención especializada. Además, se les proporcionará atención médica veterinaria etológica.
La entidad aclaró que se realizó el informe en flagrancia, el mismo que se entregó a la Agencia Metropolitana de Control (AMC), para el inicio del acto administrativo correspondiente en contra del sujeto. Recordemos que la AMC es la entidad encargada de sancionar económicamente a las personas que no cumplan con el Código Municipal en casos de maltrato animal o mala tenencia.
Para denunciar algún caso de maltrato animal los ciudadanos pueden presentar su denuncia ante el Municipio de Quito. Para ello, deberá llenar el formulario en la página web de la UBA, que debe contener información sobre: el sector, teléfono y email, fotos y videos (evidencia), y narración de los hechos. Luego la Unidad de Bienestar Animal realizará la inspección y en caso de constatar el hecho tomará las accione pertinentes y la Agencia Metropolitana de Control (AMC) sancionará la infracción.
Además, el Código Municipal contiene una serie de infracciones en caso de no cuidar bien a un animal de compañía. Las infracciones leves, que engloban infracciones como: que tu animal de compañía no tenga collar; no recoger sus excrementos; no cumplir con sus vacunas. Las graves contemplan: incumplir con la esterilización de animales de compañía; causar molestias a los vecinos por ruidos o malos olores; entre otros. Y los muy graves que tienen: abandonar animales en espacios públicos; encadenar o atar animales; causar la muerte de animales de compañía.
