Los Juegos Olímpicos nos dejaron historias de tenacidad que enorgullecen a una nación. Héroes que sacaron el coraje y no se rindieron pese a la adversidad.
Ecuador tiene a su guerrero que, a pesar de estar lesionado, el marchista Claudio Villanueva logró cruzar la meta en la competencia de los 50 kilómetros marcha de esta disciplina, con las manos al cielo y pidiendo un momento a solas para dedicar esa participación a su fallecido entrenador, Luis Chocho.
El cuencano, durante la parte final del trayecto, recibió todos los aplausos por su perseverancia, con 28 grados de temperatura y 72% de humedad. Terminó luego de 4 horas con 53 minutos y 9 segundo y 1 hora con 3 minutos y 1 segundo después del ganador el polaco, Dawid Tomala.
Villanueva luchó hasta el final, y no le importó ser el único en seguir en competencia.
Dificultades en su vida
El atleta ha vivido una serie de dificultades en su vida. En 2007 su padre Paulino desapareció en las montañas de El Cajas, cercanas a Cuenca, hasta el momento no se sabe de su paradero. Trabajó vendiendo frutas en el mercado, luego como taxista informal.
Es padre de dos hijos, uno de ellos tiene parálisis cerebral y ceguera tras complicaciones médicas a los pocos días de nacido.
Su participación deja una enseñanza de inspiración, valores y olimpismo, porque pese a no ganar la competencia fue un digno representante de Ecuador. Un esfuerzo dedicado siempre a su familia. Su historia fue elogiada por varios medios y colegas periodistas internacionales.